Al igual que todo sistema electromecánico, los sistemas industriales de aire comprimido requieren de mantenimiento para operarlos a su máxima eficiencia y, con ello, minimizar tiempos perdidos por paros. Un mantenimiento inadecuado incide fuertemente en el consumo de energía a través de una baja eficiencia de compresión, por fugas de aire o por variabilidad en la presión.